viernes, 27 de noviembre de 2020

CHISME: ORIGEN DE LA FILOSOFÍA

A propósito del Día Mundial de la Filosofía
Celebrado el 19 de noviembre 

En este artículo propongo una dicotomía, si la filosofía se dio para pensar y profundizar en el chisme, el cotorreo, el cotilleo o el fisgoneo o por el contrario, si el chisme, el cotorreo, el cotilleo o el fisgoneo dieron origen a la filosofía. 

Empecemos con algunas definiciones de filosofía, ya que hay muchas y variadas según el gusto de cada quien. 

La primera de ellas que voy a citar es la que propone Aristóteles, en la primera frase de la Metafísica nos dice: Todo inicia por el deseo de conocer. Ese deseo es natural y en las abuelas, tías, primas, hijas y hay hombres que no se salvan, pues los estudios muestran que ellos tienen más deseo de conocer y de saber que las propias mujeres. Este deseo se manifiesta en el chisme, tan es así que el chismear, el cotorrear, el cotillear, el fisgonear y el husmear son connaturales en el ser humano. Por ello, cuando pasa algo al frente de la casa o en la calle, la gran mayoría de los que habitan tan humilde morada cogen las calzas de Villadiego y se atropellan en la ventana, en la puerta o en la calle se apeñuscan por saber qué está pasando o qué pasó.

Y en Platón, encontramos que una de las definiciones es la capacidad de asombro. Éste se manifiesta desde temprana edad, desde que el hombre empieza a gatear. El niño se asombra y cuando sucede se enciende la capacidad por conocer, por saber. Y esta capacidad de asombro sucede hasta en las películas de terror, un ejemplo de ello es cuando en Hellbound: Hellraiser II el doctor Channard pone a Tiffany, una joven paciente que no ha hablado durante años y, que demuestra una sorprendente aptitud para los rompecabezas, ha sido elegida por el doctor para abrir la caja. La abre pero cuando aparece Pinhead y los cenobitas no le hacen daño a ella pues ha sido utilizada por el doctor y Julia; los asistentes del doctor queriendo que no se abra el portal le imploran que pare y el doctor les dice: I have to see, I have to Know. Pero descendamos del Olímpo cinematográfico a la realidad; cuando sucede el hecho mencionado al frente de la casa o en la calle, antes del deseo de conocer, está el asombro. Por eso, la vecina le pregunta a la abuela, la tía, la madre, la sobrina, la hija o el vecino le pregunta al amigo, al parcero, al compadre con asombro que fue lo que pasó, de nuevo se presenta el chisme, el cotorreo, el cotilleo o el fisgoneo.

En Marx, la filosofía se presenta como sospecha, crítica, desmonte y transformación. Desmenucemos esta definición. La sospecha es imaginar algo por conjeturas fundadas en apariencias o indicios o desconfiar de algo o de alguien. De ahí, que cuando ocurre algo al frente de la casa o en la calle, el vecino sospecha lo que pudo haber pasado y lo comparte con otro, pero en esa sospecha de lo que pudo haber pasado se critica eso que pasó, se desmonta el hecho o suceso como tal y se transforma, agregando o quitando cosas de lo que acaeció. En otras palabras el chisme que había primero dejó de ser ese para convertirse en otro chisme.     

Wittgenstein advierte que la filosofía es la eliminación de los pseudo-problemas, surgidos por el mal uso del lenguaje. Es decir, que el chisme que se transformó gracias a nuestro amigo Marx, se elimina por el mal uso el lenguaje. Claro está, se elimina en cuanto ese chisme, cotorreo, cotilleo o fisgoneo y la abuela, la tía, la madre, la sobrina, la hija o el vecino, el amigo, el parcero o el compadre lo resignifica. Así lo propone Milton Erickson, en su definición de resignificación, asumiendo que cada persona es única y que, inevitablemente tendemos a etiquetar de forma automática a las cosas como buenas o malas, nosotros podemos siempre darles un significado especial. O sea, el chisme se magnifica. 

La fenomenología, nos dice que la filosofía es la descripción de los fenómenos, de lo que aparece, y esclarecimiento de la experiencia. El chisme, desde luego, es un fenómeno, que se hace imperativo describir, para ser saboreado de una mejor forma. Por lo tanto, la abuela, la tía, la madre, la sobrina, la hija o el vecino, el amigo, el parcero o el compadre, necesitan esclarecer mejor el chisme, el cotorreo, el cotilleo o el fisgoneo para vivenciar de una mejor manera su experiencia del chismoseo o chismorreo, tan acertadamente propuesto por Husserl o Stein.

Y para ir finalizando este sainete, una definición más, la filosofía como deconstrucción, propuesta por Derrida, ya que el chisme en el frente de la casa o en la calle, una vez se resignifica hay que deconstruirlo para revisarlo y disminuirlo y así darle al chisme, al cotorreo, al cotilleo o al fisgoneo una nueva dimensión y forma un nuevo chisme más enriquecedor, es decir, de nuevo se agranda más.

Es así que, el chismosear, el cotorrear, el cotillear, el husmear o el fisgonear es solo una forma de tratar con la realidad, al igual que el filosofar, de abrir un espacio vital en el mundo que lo haga vivible o habitable. 

Desde este punto de vista, la filosofía no surgió como un saber desinteresado, o como un mero saber por el saber, sino que, desde los comienzos, hasta hoy, ha estado vinculada con la necesidad de vivir, en un sentido amplio; con la necesidad de saber qué son las cosas, qué es lo que le pasa al otro o a ese alguien, cuál es el sentido de mi existencia. Por eso decía Ortega y Gasset: “no vivimos para pensar, sino al revés: pensamos para lograr pervivir”. Diría yo, pensamos para chismosear, cotorrear, cotillear, husmear o fisgonear. 

Ya decía María Zambrano: “solo el saber asumido, que puede dar cuenta de su origen…es legítimo”. Yo le agregaría –de su origen…es – el chisme, el cotorreo, el cotilleo o el fisgoneo.

Para finalizar, filosofía y chismorreo son lo mismo y el que hace filosofía es filósofo como el que chismorrea es chismoso. Así, la filosofía no es de la Academia sino de la calle. Y mi abuela, mi tía, mi madre, mi sobrina, mi hija o mi vecino, mi amigo, mi parcero, mi compadre o mi güey (para estar a tono con los jóvenes de hoy) son filósofos. 

LAURENTINO RODRÍGUEZ CONTRERAS 
26 DE NOVIEMBRE DE 2020

Las imágenes son tomadas de El globo de Gambetta - WordPress.com y Pinterest

viernes, 13 de noviembre de 2020

LA MÚSICA EN LA SERIE THE QUEEN'S GAMBIT

 INTRODUCCIÓN

Se ha escrito mucho en las últimas semanas de esta serie, basada en la novela homónima de Walter Tevis, como una de las mejores de Netflix de este año, no es para menos. Grandes críticas y muy buenas reseñas, su vestuario es de resaltar tanto así que sitios en internet como Elle y Vogue lo analizan como uno de sus grandes aciertos y ya está causando tendencia actual, como el color rojo de su cabello, en la moda. La ambientación, el sonido, la fotografía y la producción en general presentan un sello excelso, no deja de lado ningún aspecto a elaborar. Cabe resaltar que en esta oportunidad Netflix dejó de lado el aspecto comercial y le apostó a una serie que llegó a las pantallas de ordenadores y celulares sin muchas pretensiones pero que se convirtió en tendencia y actualmente está entre las diez más vistas de la plataforma. 

Uno de los grandes logros de Scott Frank es presentar una ficción como si fuera una serie biográfica, ya que terminado el primer episodio uno tiende a buscar la vida de Beth Harmon. Y sí, está basada en la vida de Bobby Fischer, uno de los grandes prodigios del ajedrez en su enfrentamiento con el jugador ruso Boris Spassky en 1972. También vemos que las adicciones de Beth, al alcohol y los medicamentos desde niña fueron reflejo de la vida personal del autor de la novela, como él mismo lo dijo en una entrevista. Ella, es un personaje que carece de inteligencia emocional, un personaje lleno de ira que lo único que desea es ser la mejor del mundo y que se regodea en sus triunfos y se encierra con su soledad en sus derrotas. Destaco que el hecho de llegar a ser la mejor del mundo es por la pasión que posee en lo que hace mejor, jugar ajedrez.   

No solamente es una serie de ficción, también es dramática en donde las actuaciones sobresalen con un gran elenco. Me parece que el señor Schaibel protagonizado por Bill Camp pudo durar más tiempo en pantalla en provecho de la calidad y trayectoria de este gran actor. 

En relación con el título de la serie The Queen´s Gambit (El Gambito de Reina o de dama) es el nombre que recibe una de las clásicas aperturas en el ajedrez, pueda que no sepas mucho o nada del juego pero la trama es tal que sales con ganas de conocer y practicar este apasionante juego. Y qué mejor que en esta época de pandemia en donde tenemos que cuidar el distanciamiento social y en lo posible quedarnos en casa. Estoy seguro que las partidas de ajedrez, en los diferentes sitios de la red, a raíz de la serie han aumentado.  Importante destacar que esta serie está realizada con base en la forma en se realiza el juego, a saber, apertura, medio juego y final. Además, los nombres de cada uno de los capítulos son términos ajedrecísticos. Hasta en esto tuvieron una gran sutileza en su realización, pues contaron con la asesoría como consultores al gran maestro Garri Kaspárov y el entrenador de ajedrez Bruce Pandolfini. 

Ni más faltaba, es un proyecto que lleva dos años en planeación y producción. 

BIOGRAFÍA*

Sin embargo, la presente reseña quiere ir por otro lado y es tocar el aspecto musical, en especial la banda sonora, compuesta por Carlos Rafael Rivera, es de ascendencia cubano-guatemalteca, Carlos nació el 18 de agosto de 1970 en Washington, D.C. y creció en Guatemala, Costa Rica, Panamá, y Miami. Doctor en artes musicales.

Su trabajo como compositor es una amalgama de su pasión por el folclor y la música multicultural. Entre los sonidos tibetano-budistas en su obra coral Motet for 12 Singers, y su obra orquestal inspirada en mitos mayas del Popol Vuh, las composiciones de Carlos han sido grabadas por Chanticleer para Warner Classics, el Cuarteto de Guitarra de Los Ángeles (LAGQ) para Sony Classical, y el guitarrista Denis Azabagic para discos Naxos. 

Como guitarrista, su obra incluye grabaciones para bandas sonoras de los filmes Crash (Lion's Gate Films, 2005), y Dragonfly (Universal Films, 2002), así como sesiones de estudio para Vagrant Records, Island/Def Jam y Universal Records. Ha tocado en vivo con Arturo Sandoval, y actualmente con el canta-autor Randy Coleman, abriendo recientemente para The Who en el Hollywood Bowl.

Carlos Rafael Rivera, como director musical, forma parte de la miniserie de Netflix The queen's gambit, es un compositor ganador del premio Emmy cuyo trabajo para cine y televisión incluye partituras para Godless de Netflix, dirigida por Scott Frank y producida por Steven Soderbergh, así como a Walk among the tombstones de Universal Pictures. 

Tuvo dos nominaciones al Emmy, por Mejor composición musical excepcional para una serie limitada, película o especial (banda sonora original dramática) en 2018 por Godless (Impío) y su tema "Regreso a casa" y la segunda nominación por la que ganó Mejor tema musical original del título principal, también en 2018, por Godless (Impío), ambas producciones originales de Netflix. 

Su música ha sido aclamada por el Miami Herald, el San Francisco Examiner y el LA Times, lo que lo ayudó a ser reconocido como un compositor con la capacidad única de incorporar una gran diversidad de influencias musicales en sus cautivadoras composiciones, que reflejan su educación multicultural en Centroamérica y Estados Unidos.

Se ha desempeñado como compositor residente con la Orquesta Sinfónica de Miami y fue consultor musical de "Invitation to World Literature", una serie educativa financiada por la Fundación Annenberg y producida por WGBH. Es miembro con derecho a voto de la Academia de Televisión (EMMY), la Academia de Grabación (GRAMMY), la Sociedad de Compositores y Letristas (SCL), y es un compositor invitado y conferencista muy buscado en todo el mundo.

Es profesor asistente y director del programa de producción y redacción de medios en la aclamada Frost School of Music de la Universidad de Miami, y está representado por BRADLEY RAINEY en WILLIAM MORRIS ENDEAVOUR ENTERTAINMENT (WME).

RESEÑA MUSICAL

Ahora bien, lo que no he visto son comentarios de la banda sonora, que los debe haber. Muy bien acertada la selección musical y en su justo momento hace que cada una de las escenas adquiera mayor realce del que tienen. Destaco las piezas que más me llamaron la atención y que me gustaron (se encuentran entre paréntesis o citadas directamente), desde luego no están todas las treinta y siete obras que conforman las composiciones originales para la serie. Después de leer esta reseña, se vuelve a ver la serie pero con otra mirada, más profunda y prestando atención a la música que es parte fundamental en toda obra fílmica. 

Dos años le tomó componer la música, inició leyendo el libro, en él se ve mucha música clásica por ello las escenas más importantes son orquestales y clásicas, de hecho cuando Beth se queda sola en el apartamento de un chico que conoce en sus clases de ruso escucha a Vivaldi pero para la serie se hace selección de música folk como el twist y el rock psicodélico, ya que estamos ubicados en los años cincuenta y sesenta para ponerla a tono con todo el entramado: época, vestuario, paisaje y ambientación, pero para cada escena importante se compuso una pieza diferente, desde la introducción a la serie con una fuerza espectacular (Main Title) hasta el final del último capítulo donde es reconocida en el parque por los abuelos que juegan ajedrez y que se reúnen todos los días y que por supuesto es reconocida (Sygrayem Let's Play). La alegría es grande cuando vemos que Beth al final logra vencer sus adicciones. 

Y la música refleja el tema más importante de la serie, que Beth Harmon encuentre su lugar en el mundo ya que independientemente de ser una niña prodigio del ajedrez a quien el señor Schaibel le enseña a jugar (Training With Mr. Schaibel) y la presenta con un entrenador y profesor de ajedrez de otra escuela que la lleva al club de ajedrez de su escuela, para un simultaneo y Beth se da cuenta que es lo suyo después de haberles ganado a todos (You're Gloating), es una adolescente que pasa su soledad (Beth Alone) con la música, el alcohol y los tranquilizantes, en parte compartidos con su madre adoptiva. 

Resalta el empleo de un instrumento particular, el piano, para cada momento de su vida como su llegada a Methuen tras la muerte de su madre (Methuen Home For Children 1957) o el regreso al hogar de niñas cuando va para el funeral del señor Schaibel (Returning To Methuen) y cada personaje, su mejor amiga en el hogar (Jolene!), su primer amor (Playing Townes), su primera victoria (Playing Beltik), su primera partida perdida (Playing Benny), que aparecen en la vida de Beth mostrándonos su historia (Beth's Story). Excepto cuando llega a Rusia invitada al torneo internacional de Moscú en 1968, que es el culmen y allí suena todo el color, toda la orquesta en pleno (URSS y Moscow Invitational 1968) o cuando imagina y recrea las partidas en el techo, Ceiling Games. Por último, el triunfo frente a Borgov (Borgov III) cuando pierde la partida y toma al rey y le dice es tuyo, te lo has ganado (Take It, It's Yours), la satisfacción tanto de Beth como del espectador es plena. Ya que en dos oportunidades anteriores había perdido sus partidas con él, en Estados Unidos y en París (Borgov I y Borgov II)

Es interesante escuchar ese cambio de banda sonora, cada vez que Beth, imagina una partida en el techo, ya que la música es orquestal pero la realidad de ella es solitaria, el piano. También hay silencios musicales, en el caso de la despedida entre Harry y Beth, las actuaciones son tan buenas que no amerita música alguna, puesto que los diálogos son las melodías de las canciones. 

*Los datos biográficos son tomados de https://carlosrafaelrivera.com/bio/

Imagen tomada de https://www.filmaffinity.com/es/film634805.html

domingo, 1 de noviembre de 2020

MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LITERATURA

Todo texto escrito u oral en un medio de comunicación se puede considerar un texto literario. Por ello, traigo a colación una definición de literatura que empleaba o sigue empleando mi profesor de español del colegio, Gregorio Zapata, en el Champagnat. La literatura es un móvil de ideologías. 

En este sentido, aquella definición de que el arte por arte es lo más importante, es una ficción. Podríamos decir que el cine por el cine, la literatura por la literatura, la comunicación por la comunicación son la mejor y más pura visión. Sin embargo, definición con la que estoy muy de acuerdo, ya que los que me conocen saben soy un purista, pero para efecto de este escrito esto no aplica. 

Toda expresión humana busca comunicar algo y no solo son sentimientos, sino formas de pensar para poder actuar consecuentemente. Por tal motivo, es indispensable la forma en que se debe abordar dicho oficio sea el de comunicador, el de cineasta, el de escritor o el de artista ya que siempre está el deseo de expresar o comunicar algo por mínimo que sea.

Hay comunicadores que usan su oficio para mover masas en pro del odio y otros que lo emplean para generar soluciones a las violencias presentes en un momento dado de la historia. Algunos buscan realizar procesos de pensamiento crítico, ver puntos de vista diversos y tratar de llegar a proponer procesos de paz, de memoria, de reconciliación y de verdad. Para desarrollar estos niveles de comunicación es fundamental el manejo de la literatura. 

En la construcción de relatos a través de la historia es innegable que muchos periodistas y comunicadores emplearon su quehacer favoreciendo, intencionalmente o no, la confrontación entre narrativas que estigmatizan al otro, despojándolo de su humanidad y justificando su aniquilamiento. 

Claro ejemplo de esto es lo sucedido el 3 de diciembre de 2003, el Tribunal Internacional para Ruanda fue escenario de una histórica sentencia: dos periodistas fueron condenados a cadena perpetua y uno más, a 35 años de prisión, acusados de cometer crímenes contra la humanidad: “Ocupaban posiciones de liderazgo y confianza, eran plenamente conscientes del poder de las palabras (…). Estaban en la posición de informar y orientar a la opinión pública hacia el logro de la democracia y la paz y, en vez de promover los derechos humanos, usaron la radio y la prensa para diseminar el odio y la violencia (…) y envenenaron las mentes de sus lectores. A través de las palabras, sin portar ningún arma, causaron la muerte de miles de civiles inocentes”, dijo la juez Navi Pillay sobre los periodistas de Radio Mil Colinas (RTLM) y el periódico Kangura.

Por ello, un escrito o un relato que se presente para explicar el porqué de la violencia le faltaría algo sino se vislumbra un análisis del papel de la prensa exigiendo responsabilidades y, aquí la ética es fundamental, una prensa que contribuya a una profunda reforma de los medios como uno de los pilares de transformación cultural y social que supere las causas estructurales del conflicto. 

Pero a ese relato, presentado así, le haría falta un pedazo si no se reconociera que muchos periodistas también han sido víctimas por llevar hasta las últimas consecuencias su compromiso con la verdad, que es lo que define su oficio. Hay un periodismo que, aún en medio del conflicto, permite que se escuchen las voces y las demandas de los silenciados y su trabajo por la paz; propicia y promueve el diálogo entre voces diversas; explica y ayuda a entender; devela, moviliza e impulsa el pensamiento crítico. Ese es un periodismo preocupado por cumplir una función a favor de lo público y por servir a los intereses de los ciudadanos, no de los mercaderes de la muerte y sus patrocinadores.

En este contexto, es importante, como lo dijimos anteriormente, el papel que juega la literatura en los procesos de reparación, de memoria y de búsqueda de la verdad, pues la construcción de relatos a partir de los testimonios de las víctimas y victimarios debe ser lo más fidedigno posible sin dejar de lado el reto que tiene este tipo de literatura y es el de seducir y cambiar la forma de pensar de un gran espectro de la población tan habituada a la violencia, a la imposición del más fuerte (que en muchos casos no desea que salga a la luz la verdad ya que no es conveniente para ellos). 

Aquí el papel de los diferentes cronistas es de vital importancia ya que se debe comunicar la verdad desde la multiplicidad de miradas y con el lenguaje propio de cada región para poder escuchar las voces que aún no son escuchadas pero que empiezan a ser tenidas en cuenta.


Imagen tomada del blog, leyendo en mi rincón.