viernes, 13 de noviembre de 2020

LA MÚSICA EN LA SERIE THE QUEEN'S GAMBIT

 INTRODUCCIÓN

Se ha escrito mucho en las últimas semanas de esta serie, basada en la novela homónima de Walter Tevis, como una de las mejores de Netflix de este año, no es para menos. Grandes críticas y muy buenas reseñas, su vestuario es de resaltar tanto así que sitios en internet como Elle y Vogue lo analizan como uno de sus grandes aciertos y ya está causando tendencia actual, como el color rojo de su cabello, en la moda. La ambientación, el sonido, la fotografía y la producción en general presentan un sello excelso, no deja de lado ningún aspecto a elaborar. Cabe resaltar que en esta oportunidad Netflix dejó de lado el aspecto comercial y le apostó a una serie que llegó a las pantallas de ordenadores y celulares sin muchas pretensiones pero que se convirtió en tendencia y actualmente está entre las diez más vistas de la plataforma. 

Uno de los grandes logros de Scott Frank es presentar una ficción como si fuera una serie biográfica, ya que terminado el primer episodio uno tiende a buscar la vida de Beth Harmon. Y sí, está basada en la vida de Bobby Fischer, uno de los grandes prodigios del ajedrez en su enfrentamiento con el jugador ruso Boris Spassky en 1972. También vemos que las adicciones de Beth, al alcohol y los medicamentos desde niña fueron reflejo de la vida personal del autor de la novela, como él mismo lo dijo en una entrevista. Ella, es un personaje que carece de inteligencia emocional, un personaje lleno de ira que lo único que desea es ser la mejor del mundo y que se regodea en sus triunfos y se encierra con su soledad en sus derrotas. Destaco que el hecho de llegar a ser la mejor del mundo es por la pasión que posee en lo que hace mejor, jugar ajedrez.   

No solamente es una serie de ficción, también es dramática en donde las actuaciones sobresalen con un gran elenco. Me parece que el señor Schaibel protagonizado por Bill Camp pudo durar más tiempo en pantalla en provecho de la calidad y trayectoria de este gran actor. 

En relación con el título de la serie The Queen´s Gambit (El Gambito de Reina o de dama) es el nombre que recibe una de las clásicas aperturas en el ajedrez, pueda que no sepas mucho o nada del juego pero la trama es tal que sales con ganas de conocer y practicar este apasionante juego. Y qué mejor que en esta época de pandemia en donde tenemos que cuidar el distanciamiento social y en lo posible quedarnos en casa. Estoy seguro que las partidas de ajedrez, en los diferentes sitios de la red, a raíz de la serie han aumentado.  Importante destacar que esta serie está realizada con base en la forma en se realiza el juego, a saber, apertura, medio juego y final. Además, los nombres de cada uno de los capítulos son términos ajedrecísticos. Hasta en esto tuvieron una gran sutileza en su realización, pues contaron con la asesoría como consultores al gran maestro Garri Kaspárov y el entrenador de ajedrez Bruce Pandolfini. 

Ni más faltaba, es un proyecto que lleva dos años en planeación y producción. 

BIOGRAFÍA*

Sin embargo, la presente reseña quiere ir por otro lado y es tocar el aspecto musical, en especial la banda sonora, compuesta por Carlos Rafael Rivera, es de ascendencia cubano-guatemalteca, Carlos nació el 18 de agosto de 1970 en Washington, D.C. y creció en Guatemala, Costa Rica, Panamá, y Miami. Doctor en artes musicales.

Su trabajo como compositor es una amalgama de su pasión por el folclor y la música multicultural. Entre los sonidos tibetano-budistas en su obra coral Motet for 12 Singers, y su obra orquestal inspirada en mitos mayas del Popol Vuh, las composiciones de Carlos han sido grabadas por Chanticleer para Warner Classics, el Cuarteto de Guitarra de Los Ángeles (LAGQ) para Sony Classical, y el guitarrista Denis Azabagic para discos Naxos. 

Como guitarrista, su obra incluye grabaciones para bandas sonoras de los filmes Crash (Lion's Gate Films, 2005), y Dragonfly (Universal Films, 2002), así como sesiones de estudio para Vagrant Records, Island/Def Jam y Universal Records. Ha tocado en vivo con Arturo Sandoval, y actualmente con el canta-autor Randy Coleman, abriendo recientemente para The Who en el Hollywood Bowl.

Carlos Rafael Rivera, como director musical, forma parte de la miniserie de Netflix The queen's gambit, es un compositor ganador del premio Emmy cuyo trabajo para cine y televisión incluye partituras para Godless de Netflix, dirigida por Scott Frank y producida por Steven Soderbergh, así como a Walk among the tombstones de Universal Pictures. 

Tuvo dos nominaciones al Emmy, por Mejor composición musical excepcional para una serie limitada, película o especial (banda sonora original dramática) en 2018 por Godless (Impío) y su tema "Regreso a casa" y la segunda nominación por la que ganó Mejor tema musical original del título principal, también en 2018, por Godless (Impío), ambas producciones originales de Netflix. 

Su música ha sido aclamada por el Miami Herald, el San Francisco Examiner y el LA Times, lo que lo ayudó a ser reconocido como un compositor con la capacidad única de incorporar una gran diversidad de influencias musicales en sus cautivadoras composiciones, que reflejan su educación multicultural en Centroamérica y Estados Unidos.

Se ha desempeñado como compositor residente con la Orquesta Sinfónica de Miami y fue consultor musical de "Invitation to World Literature", una serie educativa financiada por la Fundación Annenberg y producida por WGBH. Es miembro con derecho a voto de la Academia de Televisión (EMMY), la Academia de Grabación (GRAMMY), la Sociedad de Compositores y Letristas (SCL), y es un compositor invitado y conferencista muy buscado en todo el mundo.

Es profesor asistente y director del programa de producción y redacción de medios en la aclamada Frost School of Music de la Universidad de Miami, y está representado por BRADLEY RAINEY en WILLIAM MORRIS ENDEAVOUR ENTERTAINMENT (WME).

RESEÑA MUSICAL

Ahora bien, lo que no he visto son comentarios de la banda sonora, que los debe haber. Muy bien acertada la selección musical y en su justo momento hace que cada una de las escenas adquiera mayor realce del que tienen. Destaco las piezas que más me llamaron la atención y que me gustaron (se encuentran entre paréntesis o citadas directamente), desde luego no están todas las treinta y siete obras que conforman las composiciones originales para la serie. Después de leer esta reseña, se vuelve a ver la serie pero con otra mirada, más profunda y prestando atención a la música que es parte fundamental en toda obra fílmica. 

Dos años le tomó componer la música, inició leyendo el libro, en él se ve mucha música clásica por ello las escenas más importantes son orquestales y clásicas, de hecho cuando Beth se queda sola en el apartamento de un chico que conoce en sus clases de ruso escucha a Vivaldi pero para la serie se hace selección de música folk como el twist y el rock psicodélico, ya que estamos ubicados en los años cincuenta y sesenta para ponerla a tono con todo el entramado: época, vestuario, paisaje y ambientación, pero para cada escena importante se compuso una pieza diferente, desde la introducción a la serie con una fuerza espectacular (Main Title) hasta el final del último capítulo donde es reconocida en el parque por los abuelos que juegan ajedrez y que se reúnen todos los días y que por supuesto es reconocida (Sygrayem Let's Play). La alegría es grande cuando vemos que Beth al final logra vencer sus adicciones. 

Y la música refleja el tema más importante de la serie, que Beth Harmon encuentre su lugar en el mundo ya que independientemente de ser una niña prodigio del ajedrez a quien el señor Schaibel le enseña a jugar (Training With Mr. Schaibel) y la presenta con un entrenador y profesor de ajedrez de otra escuela que la lleva al club de ajedrez de su escuela, para un simultaneo y Beth se da cuenta que es lo suyo después de haberles ganado a todos (You're Gloating), es una adolescente que pasa su soledad (Beth Alone) con la música, el alcohol y los tranquilizantes, en parte compartidos con su madre adoptiva. 

Resalta el empleo de un instrumento particular, el piano, para cada momento de su vida como su llegada a Methuen tras la muerte de su madre (Methuen Home For Children 1957) o el regreso al hogar de niñas cuando va para el funeral del señor Schaibel (Returning To Methuen) y cada personaje, su mejor amiga en el hogar (Jolene!), su primer amor (Playing Townes), su primera victoria (Playing Beltik), su primera partida perdida (Playing Benny), que aparecen en la vida de Beth mostrándonos su historia (Beth's Story). Excepto cuando llega a Rusia invitada al torneo internacional de Moscú en 1968, que es el culmen y allí suena todo el color, toda la orquesta en pleno (URSS y Moscow Invitational 1968) o cuando imagina y recrea las partidas en el techo, Ceiling Games. Por último, el triunfo frente a Borgov (Borgov III) cuando pierde la partida y toma al rey y le dice es tuyo, te lo has ganado (Take It, It's Yours), la satisfacción tanto de Beth como del espectador es plena. Ya que en dos oportunidades anteriores había perdido sus partidas con él, en Estados Unidos y en París (Borgov I y Borgov II)

Es interesante escuchar ese cambio de banda sonora, cada vez que Beth, imagina una partida en el techo, ya que la música es orquestal pero la realidad de ella es solitaria, el piano. También hay silencios musicales, en el caso de la despedida entre Harry y Beth, las actuaciones son tan buenas que no amerita música alguna, puesto que los diálogos son las melodías de las canciones. 

*Los datos biográficos son tomados de https://carlosrafaelrivera.com/bio/

Imagen tomada de https://www.filmaffinity.com/es/film634805.html

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